El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, ha hecho este miércoles un llamamiento a la comunidad internacional, pero especialmente a los países árebes e islámicos de la región, para unirse frente a la «agresión» israelí en Siria, donde además un grupo de rebeldes y yihadistas ha derrocado el régimen de Bashar al Assad.
«El régimen israelí ha destruido casi toda la infraestructura civil y de defensa de Siria. Este régimen también ha ocupado más tierras de Siria al violar el acuerdo de 1974 y la Resolución 350 del Consejo de Seguridad (de Naciones Unidas)», ha dicho Araqchi en alusión a los acuerdos que pusieron fin a la guerra de Yom Kipur.
Así las cosas, Araqchi ha denunciado las operaciones militares iniciadas por Israel en los Altos del Golán –territorio antiguamente sirio y que se anexó en 1981, aunque no está reconocido por la comunidad internacional– y más al este, ya en la zona de amortiguación entre los territorios sirio e israelí.
«Los vecinos de Siria, así como el mundo árabe e islámico y, de hecho, todos los países miembro de la ONU que se preocupan por el Estado de derecho, los principios fundamentales de la Carta de Naciones Unidas y el Derecho Internacional, no pueden permanecer indiferentes», ha destacado.
«Esto ocurre mientras el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que es el principal responsable de detener cualquier agresión ilegal, se ha convertido en un espectador pasivo debido a la obstrucción de Estados Unidos», ha remachado el representante de la diplomacia iraní, según recoge la agencia Tasnim.
Después de la caída del régimen de Al Assad tras la ofensiva de rebeldes y yihadistas, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó a su Ejército reforzar posiciones en los Altos del Golán y más al este en aras de garantizar la seguridad de su país y evitar amenazas de las nuevas autoridades islamistas.
La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib y liderada por Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha permitido a yihadistas y rebeldes tomar Damasco y poner fin al régimen de la familia Al Assad tras más de 50 años en el poder, ante el repliegue de las tropas regulares, respaldadas por Rusia e Irán.