Pablo Gerchunoff analizó a Milei: qué lo sorprendió, el parecido con Pellegrini, la batalla cultural que no es y por qué dice que vino a recuperar el Potosí

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Para Pablo Gerchunoff no hay mejor metáfora para pensar la Argentina de Javier Milei que la de un partido de futbol. El profesor, escritor e historiador económico argentino, uno de los más reconocido del país, dice que en ese partido, todo un clásico como podría ser Boca-River o Racing-Independiente, se disputa entre Esta película ya la vi y Esta vez es diferente.

“En realidad Esta vez es diferente está tomado de un libro sobre ocho siglos de crisis financieras -cuenta- pero claramente en la Argentina de hoy está ganando Esta vez es diferente, hace cuatro meses no se si hubiera dicho lo mismo, pero acercándose el fin de 2024 está ganando el partido Esta vez es diferente”, grafica en modo hincha.

En una extensa entrevista con radio Mitre, Gerchunoff abordó con rigor teórico el primer año de gobierno libertario, dijo que Milei se parece más a Carlos Pellegrini que a Juan Bautista Alberdi, renegó del concepto batalla cultural que buscan instalar Las Fuerzas del Cielo y manifestó que Milei “vino a recuperar el Potosí”.

Volviendo a la metáfora de cancha, el historiador manifestó que más allá de la alegoría “otra cosa es si creemos que esta vez es diferente o no, en la victoria parcial, acabándose el primer tiempo de cuatro, va ganando Esta vez es diferente; hay mucho de afán por creer de los argentinos, un deseo de creer, casi una compulsión de creer, el deseo de creer”, sostuvo.

Trazando un paralelismo con la década del 90, analizó: “Menem fue Esta vez es diferente y duró mucho tiempo, 10 años, pero al cabo de algún tiempo ese ciclo de la ilusión se terminó, se agotó. Yo creo que para que esto se consolide tiene que producirse una etapa de progreso material y social sostenido. Apartémonos de la coyuntura, del día a día, de la cuestion cambiaria”, pidió.

Para el co-autor de El ciclo de la ilusión y el desencanto, escrito junto a Lucas Llach -hoy parte del equipo desregulación de Federico Sturzenegger-, en definitiva, lo que importa es que inaugure un sendero de progreso material y social en la Argentina y que llegue a un punto en que ya no estemos alerta acerca de si continúa, que no estemos pendiente de que eso sea verdad, que empiece a naturalizarse que es verdad”.

“Estoy poniendo la vara alta cuando digo eso, pero que cambie la Argentina es eso. Milei dice que vino a cambiar la Argentina, cambiar la Argentina no es solamente bajar la inflación de este año, es lograr eso. Eso está lleno de avatares, de problemas del mundo, de Argentina, de la fragilidad del programa de Milei”, enumeró. “Yo tiendo a ser benévolo con los gobierno, vivo de eso”, ironizó entre risas. “De defender a los gobiernos, con una condición: tienen que ser democráticos, si no están fuera de mi radar, ningún gobierno democrático es del todo bueno o del todo malo, siempre les doy la posibilidad”.

Al ser consultado sobre qué lo entusiasma del gobierno de Javier Milei, Gerchunoff optó por cambiar de palabra. “Entusiasmo no es una palabra que me quepa a mi para hablar de Milei. Cuando yo internamente le doy una oportunidad, dentro mío, no le doy una oportunidad a alguien que me guste. No no me gusta Milei, no es de mi familia cultural, yo no sería amigo de Milei, de Karina, de ese grupo, y sin embargo le doy una oportunidad, quito la palabra entusiasmo”, aclaró el historiador.

“¿Qué me gusta? ¿Qué me sorprendió? Lo que le sorprende a todo el mundo, fue la caída de la inflación, la rápida caída de la inflación, porque nunca vi el programa de Milei como un verdadero programa de estabilización, lo vi como un programa de ajuste fiscal, porque un programa de estabilización tiene un régimen monetario, un régimen cambiario, un proyecto de progreso material que sea visible para la sociedad, veo poco de eso”, explicó.

En ese punto, puso distancia al desmenuzar el logro de Milei en su lucha contra la inflación. “No veo un programa de estabilización de bajo costo, que es lo que me gustaría. Dos datos me servirán para ilustrarlo. Primero, el Plan Austral, fuera que después fracasó todo, nació en junio 85 en octubre tenia 1,9% de inflación. La convertibilidad empezó en abril a los pocos meses tenia cero coma algo de inflación mensual. La gente está admirada por la velocidad y la velocidad no caracteriza a esta desinflación”, dijo.

Dólar barato, la enfermedad holandesa y la recuperación del Potosí

Gerchunoff habló también del dólar barato, un tema recurrente en la agenda económica actual, donde algunos plantean un atraso del tipo de cambio y son catalogados como mandriles y econochantas por el Jefe de Estado. “Se habla de dólar barato, dólar barato porque el plan de estabilización no tuvo algo que se parezca a una política de ingresos, algo que acompañe a la política fiscal; no tiene régimen monetario, algo que acompañe a la política fiscal”, esgrimió.

“El plan de estabilización de Milei es monótonamente fiscalista y eso lo digo como un problema. Es muy decidido en lo fiscalista, se parece a la experiencia peruana, con una ventaja para Milei, no cerró el congreso, no fue ni es Fujimori. Estoy seguro que no es, por más que toreé, es respetuoso de la democracia constitucional”, siguió.

Más allá de esa observación, fue elogioso con el Presidente. “Lo que te quiero decir que me pasó con Milei, le pasó a toda la sociedad argentina: me sorprendió positivamente. Esperaba mucho menos de Milei en términos económicos, esperaba menos que lo que ha logrado; eso es la clave de la política, Milei está mostrando ser un político de fuste hasta ahora, logra sorprender positivamente, tiene una iniciativa que confirma esa cosa del liderazgo con sorpresa, que tuvo Menem y Alfonsín en otro terreno. Es un politico de un nivel que no esperaba”.

¿A qué presidente se parece Milei? Gerchunoff no dudó al responder y sorprendió con el nombre que dio. Dijo que se parece a Carlos Pellegrini. “Era un proteccionista dentro del arco liberal de la generación, Pellegrini era el más proteccionista de todo ese grupo y en eso no se parece a Milei. ¿En qué se parece? Pellegrini fue un piloto de tormentas, tomó gobierno en 1890 en medio de un caos, tras la renuncia de Juárez Celman, y en 1892 había superado el caos y la Argentina estaba estabilizada y en marcha, y más importante que eso, estaba camino a tener una moneda”, detalló.

¿Y Menem? Muchos ven en el riojano un espejo en el que se refleja Milei, casi como una reencarnación, una suerte de Menem rubio. “Milei tiene una desventaja y una ventaja respecto a Menem”, marcó. “La desventaja es que Menem tenía una autopista iluminada de de ocho manos: se había derrumbado la experiencia del socialismo real, era unánime que el capitalismo era una experiencia internacional que no podía ser desafiada, como decía Fukuyama, y llega al gobierno un gobernador populista de provincia y dice ‘voy por acá, si el mundo va por acá, voy por acá’, esa es la desventaja, porque el mundo de hoy es diferente”, analizó.

“La ventaja que tiene es que tiene, como no tenía Menem , es una oportunidad productiva. Milei es el regreso de la ilusión minera de los Hombres de Mayo de 1810, que creían que tenían el Potosí y lo perdieron. Milei vino a recuperar el Potosí”, parafraseó. Y desarrolló el concepto: “En 1810, los Hombres de Mayo escriben actas de la revolución para hacerse cargo del gobierno, lo transmiten en sus actas en español y en aimara, porque ellos pensaban que el norte, que quiere decir Bolivia, iba a ser parte, porque era parte del virreinato. Potosí era la mina de plata más grande del mundo, pensaban un norte minero y un sur agrícola, aprovechando el puerto de Buenos Aires”.

“La Argentina vive permanentemente un sueño minero, desde Rivadavia en adelante, todos los presidente pensaron en recuperar la minería, incorporo al petróleo también. Menem no tuvo eso, tenia el sueño, pero no tenia la oportunidad de Vaca Muerta, el cobre, el litio, el oro”, sostuvo. Eso implica, dijo Gerchunoff, haciendo una cuenta moderada un extra de 50 mil millones de dólares a las exportaciones.

Esa explosión productiva tiene una consecuencia macroeconómica que, explicó, él entiende que Milei tiene en mente. “Puede pensar que el dólar barato es sostenible en tanto los mercados se den cuenta que vamos para allí y nos prestan para llegar a ese punto, en verdad puede ser que ocurra eso”, esgrimió. Pero dijo que al mismo tiempo es un riesgo.

“Es maravilloso para la política. El dólar barato es, para la clase media alta, viajes a Miami; para la clase media baja, motos; y para la clase baja, alimentos baratos, todo abaratado. Yo creo hay dos unanimidades bien argentinas: el dólar barato y Malvinas. No hay gobierno que haya tenido la oportunidad de tener un dolar barato que no lo haya tenido. Todos inventan una historia productiva que lo hace posible: Menem dijo con el Mercosur y con la segunda revolución de las pampas vamos a exportar tanto que el dolar barato se hace sostenible”, recordó.

Gerchunoff dijo que ese beneficio político puede, a largo plazo, traducirse en algo malo y tener un costo: la enfermedad holandesa. “Quiere decir que el dólar barato se puede sostener, pero muchas actividades productivas que generan empleo no se pueden sostener, la industria, la construcción, muchos sectores se van a caer y eso va a doler”.

Y puso la lupa en el conurbano. “El Gran Buenos Aires va a ser un problema. No es como cuando fue con Perón, el espacio del crecimiento industrial mercadointernista, hoy es servicios pobres para los pobres, eso no va a tener salida. La idea ficticia de que puede haber migraciones a Neuquén, a Catamarca, a Jujuy, me parece que es un sueño pero no hay que descartarlo del todo; puede generar un nuevo diseño federal”.

“La enfermedad holandesa produce desempleo e informalidad creciente, no le paso solo a Holanda, le pasó a nuestros tatarabuelos españoles, cuando se llevaron el oro y la plata de las Américas, España se encareció muchísimo y se destruyeron muchas actividades productivas, es una enfermedad española también”, contextualizó y sostuvo que en la actual coyuntura el campo esta mal. “Uno de los perjudicados es el sector agropecuario, la tasa de crecimiento del sector será pobre si esto se sostiene, quiere decir que hay enfermedad holandesa, y este modelo es popular pero anti agrario”, distinguió.

La batalla cultural y el “Señor DAN”

Pablo Gerchunoff también se refirió a la batalla cultural, un concepto muy utilizado por el Presidente y sus intelectuales de cabecera, como por ejemplo Agustín Laje, para dar cuenta del actual periodo histórico y la lucha por el sentido. “Tiendo a creer que la cultura cambia en 600 o 700 años, no hay cambios culturales rápidos. Hay una victoria política (de Milei), no una victoria cultural. Los politicos tienden a llamar a sus victoria políticas como culturales”, resumió con maestría.

Además no esquivó hablar de la refundación argentina que Milei tanto plantea en sus discursos. “Todos los gobiernos refundan”, sentenció. “Alfonsín, Menem, Kirchner, todos refundan. Es muy propio de un país que cada vez que piensa el futuro mirando al pasado, el propio Milei lo hace”.

“¿A quién se le ocurre en Estados Unidos pensar en Jefferson y traerlo al presente? ¿A quién se le ocurre en Inglaterra hacerlo con Clement Attlee, el laborista que derrotó a Churchill en las elecciones e hizo nacionalizaciones? No imagino una manifestación laborista diciendo Attlee, Attlee, que grande sos. Digo, cada vez que alguien me dice batalla cultual como mirada hacia adelante, en mi nace la sospecha, porque es una sobreactuación de una victoria política”, destacó.

En ese punto, trajo a colación al Gordo Dan y Las Fuerzas del Cielo, cuyo acto de presentación en San Miguel trajo tanto ruido en la agenda política. “Creo mucho en el uso político de la nueva tecnología comunicacional en la que Milei confia”, dijo Gerchunoff, que se reivindicó como tuitero.

“Cuando lo vi al Señor Dan blandiendo el celular, que dijo soy el brazo armado, cuando entendí qué quería decir, dije este la vio. Pero eso no es un cambio argentino, cuando habla de batalla cultural es que está cambiando a la Argentina”.

El historiador destacó a Milei como un líder plebeyo, en contraste con Macri. “Usa la misma campera, tiene toda la ropa igual todo el tiempo, es tan distinto al mundo de Macri y lo hace notar. ¿Es profeta de un cambio cultural en el mundo? Ese puede ser el punto de vista de un periodista -se atajó-, el mio es de un historiados que cada vez que ve algo que parece muy nuevo, dice voy a tomarme un rato para pensarlo”.

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