Un hombre identificado como «Koki Mataderos» expuso en redes sociales el engaño y las agresiones discriminatorias que vivió tras responder a una supuesta propuesta de trabajo en Ezeiza. Según contó en un tuit, pidió dinero prestado para viajar hasta el lugar con la esperanza de encontrar una oportunidad laboral, pero todo resultó ser una trampa.
“¿Pedí prestado para llegar hasta Ezeiza y este me hace esto? Perdí toda mi fe en la humanidad”, escribió en su publicación, acompañada por una captura de pantalla de la conversación que mantuvo con el supuesto empleador.
chat trabajo tiembre
En la charla, el estafador no solo se burló de su situación, sino que también lanzó insultos de tono racista y clasista. “Jajaja, ¿fuiste hasta Ezeiza? Marronaso, hoy no comés”, se lee en uno de los mensajes. Más tarde, continuaron las agresiones con expresiones como “Buscate un trabajo de verdad, negro de mierda”.
El caso de Koki no solo evidencia la crueldad de las personas que se aprovechan de la vulnerabilidad ajena, sino que pone en el foco el creciente uso del término “marrón” como un insulto racista. Aunque originalmente esta palabra se utilizó en el contexto de la lucha por la visibilización de las personas racializadas, últimamente ha sido distorsionada y empleada de manera despectiva en redes sociales y espacios cotidianos.
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Solo m qda 1 cosa q tiene algo d valor, mi teléfono un samsung a03s, me lo dieron como pago hac unos.mesesy lo uso aveces para hacer rappi o para q me contacten lapantalla no esta en su mejor forma, pero tengo q venderlo si a alguien le interesa al md, no lo quiero vender pero…
— koki mataderos (@JuanjoseRa3611) December 31, 2024
«Juro que voy caminando con todas la herramientas y voy llorando. No puedo creer que hay gente tan hija de puta. Solo me queda una cosa que tiene algo de valor: mi teléfono un samsung a03s. Me lo dieron como pago hace unos meses. No esta en su mejor forma, pero tengo que venderlo si a alguien le interesa», cerró el usuario.
Las agresiones recibidas por Koki generaron una ola de apoyo en redes, donde miles de usuarios repudiaron el acto y exigieron mayor responsabilidad a las plataformas digitales para combatir el discurso de odio. Este tipo de casos reflejan la urgente necesidad de promover una sociedad más empática y justa, donde nadie sea discriminado por su origen, color de piel o contexto social.
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