Lali Espósito recordó los momentos complicados que vivió de chica. “A veces faltaba para comer. Mi vieja tenía 60 laburos y nosotros tuvimos unas infancias un poco solitarias. Estábamos sueltos onda salvaje. Calle, bicicleta, pelota, patines. Full esa”, contó la cantante, mostrando cómo se las arreglaban para pasar el día.
Aunque no tenían juguetes, Lali y su hermana usaban la imaginación para divertirse. “Mi hermana me maquillaba y yo hacía coros, full show. En esa casa del pasaje Cooperación había un espejo en el comedor y yo estaba adelante del espejo bailando todo el tiempo”, relató con humor.
La mamá de Lali, Majo Riera, perdió su trabajo como visitadora médica en el año 2000, pero consiguió salir adelante gracias a una amiga que le ofreció un puesto en una productora. Años después, Lali le pidió ayuda para producir uno de sus videoclips.
Sin embargo, el momento más duro llegó cuando a Majo le diagnosticaron cáncer. “Yo estaba en España cuando me dijo. Me acuerdo de la desolación y de estar tiesa en un departamento donde no había ni un adorno que fuera mío. Me daban ganas de decirle a la producción de Sky Rojo: ‘Me voy’. Pero hice lo que tenía que hacer. Trabajé”, explicó.
Cuando Lali regresó a Argentina en plena pandemia, su mamá estaba en pleno tratamiento. “La rapamos con mi hermana, las dos. En esta casa. O sea, viví eso. Yo le di un abrazo, yo la rapé, yo estuve acá”, recordó con mucha emoción.
EL DIVORCIO DE LOS PADRES DE LALI
El diagnóstico también llevó a Majo a tomar una decisión importante: separarse del papá de Lali. “¡Sí! Se tendrían que haber separado hace 15 años. Yo veía eso y decía: ‘Qué aburrido’. Lo único que me da miedo del paso del tiempo es crecer con la sensación de estar aburrida, aburrida de mí misma, de lo que haya creado”, confesó la artista.
A pesar de todo, Lali destacó la fortaleza de su mamá y cómo todo lo que vivieron las unió aún más. Hoy, Majo sigue siendo una figura clave en la vida de Lali, quien aprendió de ella a enfrentar los problemas con mucha fuerza y valentía.