Francisco Oporto, delegado chaqueño del Sindicato Único de Guardavidas y Afines (SUGARA), visitó los estudios de CIUDAD TV para dialogar sobre las acciones preventivas a tener en cuenta para quienes tienen piletas, sean privadas en sus propiedades o en espacios recreativos.
“Tener una pileta pública, privada o en tu propia casa es una responsabilidad, implica un riesgo, sea profunda o playa. Cualquier pileta tiene un metro como mínimo y no solamente la de material sino las pelopincho porque ahogarse no tiene que ver con que la pileta sea profunda. Pero también en un fuentón”, afirmó.
Advirtió que entre 1 y 3 años, los niños no tienen miedo “y tiene cierta independencia y autonomía conociendo el mundo; esto los llevas a hacer actividades o movimientos que no tiene límites”.
Aseguró que una de las cuestiones que deben resolverse también a nivel normativa en la provincia hacen al vallado que deben tener las piletas, con un mínimo de altura de un metro y medio, “con la traba de seguridad alta para que los chicos no lleguen”. Los barrotes deben ser verticales sin escalones para que los niños no suban.
Otro punto a tener en cuenta es que la pileta esté limpia, “la claridad del agua es muy importante”.
Muy importante es que los chicos aprendan a nadar, “de 1 a 3 años ya pueden ir a natación”.
“Entre 1 a 3 años es el mayor riesgo para ahogarse. Argentina tiene 281 casos de personas ahogadas de 1 a 25 años. En el caso de los niños es por imprudencia o negligencia. La consigna es que si hay un chico en la pileta debe haber un adulto. Un adulto por niño”, sostuvo.
Indicó que el cálculo de presencia de adultos es el siguiente: Si hay 10 niños de 1 año tiene que haber 10 adultos; si hay chicos de 2 y 3 años debe haber dos personas adultas a cargo y si hay chicos de 4 deben haber 3 personas. “Si son 3 chicos y 2 se están ahogando solo a dos podés salvar. Si ocurre que los 3 se están ahogando hay uno que se va a ahogar”, apuntó.
“La consigna es no sacarle el ojo a los niños en las piletas y si estoy en la pileta tengo que estar a distancia de un brazo de un niño“, indicó.
Habló de cuatro fases de ahogamiento. La primera, alrededor del minuto; luego a los 7 minutos, a los 10 y a los 12. “La quinta fase ya es muerte. Y se establece esto porque hay personas que estuvieron hasta los 12 minutos y pudieron salvarse“, comentó.
Explicó que si el accidente ocurre en el minuto y en el lugar se recurre con maniobras de rescate, salvamento y trabajo de RCP, la persona tiene 98 por ciento de probabilidades de salvarse sin secuela. “A los 2 minutos tendrá 92 por ciento, a los 3 minutos 87 por ciento y así hasta llegar a los 12 minutos. Si estuviste 12 minutos, a los 4 minutos ya hay paro cardíaco; a los 7 minutos hay inconciencia, muerte cerebral y de ahí en adelante dios sabrá lo que puede ocurrir. Pero a los 12 minutos las probabilidades de vida son del 2 por ciento. Depende mucho de qué tan rápido actuemos y hagamos la maniobra“, afirmó.
La primera recomendación a la hora de sacar a la víctima de ahogamiento es llamar a emergencias: 911 es lo más rápido para comunicarse con el 107. “Una ambulancia en llegar desde Femechaco a Villa Fabiana, por ejemplo, tarda 18 minutos por el tránsito. Entonces es muy importante que las personas sepan cómo actuar. Saco la víctima de la pila y la pongo de costado“, afirmó.
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