A los 20 años, los hijos de Ricardo Fort parecen ser mucho más que los herederos de los millones de la mediática figura que irrumpió a fines de la década del 2000. Marta y Felipe disfrutan de la atención de la gente como a su padre y el hijo del empresario convirtió sus redes en su propio reality show.
Desde Instagram como TikTok, el joven se muestra siempre acompañado de amigos, bailando y haciendo gala de su vida de lujos, entre costosos autos y ropa de marcas exclusivas. Incluso cambió su cabellera rubia natural y ahora lleva el pelo teñido de negro azabache, siguiendo los pasos de su padre.
Para sus miles de seguidores aparece moviéndose al ritmo de canciones populares, realizando coreografías de desafíos virales con hits de Bad Bunny o Rauw Alejandro.
Hace unos días compartió fotos de una travesía que emprendió con amigos a Cancún, México. “Un viaje mágico, donde pude conocer en profundidad a gente increíble. Un viaje donde disfruté y me relajé, dejando de lado todo lo malo. Un viaje donde aprendí y compartí. Un viaje que guardo para siempre”, escribió Felipe, junto a imágenes de sus días entre paseos en yate, mar turquesa y la visita a magníficos lugares de la cultura maya como El Castillo en Chichén Itzá.
En diferentes posteos aparece mostrando su estilo de vida, posando en medio una gran colección de autos o dando un salto en una enorme pileta para celebrar el Año Nuevo. “Enjoy life”, escribió, es decir “disfrutar la vida”, mientras despedía el 2024 y saludaba el 2025.
Tal como el empresario chocolatero, disfruta de entrenar fuerte y entre las postales que luce en sus redes también aparece ejercitándose junto a amigos, mientras toma un descanso de su rutina para bailar.
Mientras que Marta Fort eligió Punta del Este, en Uruguay, como destino para recibir el Año Nuevo y disfrutar de sus vacaciones de verano. La joven de 20 años, quien cumplirá 21 el próximo 25 de febrero, llegó al exclusivo balneario uruguayo a finales de diciembre de 2024, poco después de la Navidad, para instalarse en el departamento familiar y compartir momentos con un grupo de amigas.
Marta optó por la tranquilidad de la zona de La Mansa, específicamente en las arenas de Posto 5, un lugar alejado de las áreas más concurridas por celebridades y turistas. Esta elección no es casual, ya que la joven ha manifestado en entrevistas anteriores su temor al mar. “Le tengo fobia al mar”, confesó en una conversación con la revista Gente el año pasado, explicando que prefiere las playas donde las aguas son más calmas y no hay olas.
Durante su estadía en Punta del Este, Marta combinó momentos de descanso con algunos compromisos sociales: asistió a un evento de sunset organizado por una publicación, mientras que en otras ocasiones disfrutó de salidas nocturnas con amigas a fiestas electrónicas. Una de las más destacadas fue aquella en la que el dúo suizo Adriatique se presentó como la atracción principal.
En uno de los días más soleados de su estadía, Marta fue vista en la playa luciendo una bikini blanca. En esa ocasión, se encontró con Natalia Román, quien fuera la manager de su padre, Ricardo Fort. Román, quien actualmente maneja las actividades mediáticas de Marta, compartió imágenes del encuentro en sus historias de Instagram, mostrando la cercanía que aún mantiene con la familia Fort.
La joven parece disfrutar de un equilibrio entre la vida social y la privacidad y encontró en Punta del Este un lugar ideal para desconectarse y relajarse, lejos del bullicio que caracteriza a otros destinos turísticos.