Ubicado en una de las esquinas más icónicas de Recoleta, este restaurante lleva cuatro décadas deleitando a porteños y turistas. Un local que combina historia, sofisticación y una gastronomía que sabe cómo reinventarse sin perder su esencia.
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Desde sus inicios hace 40 años, Pizza Cero ha sido testigo del crecimiento de una marca que logró un diseño que mezcla modernidad y clasicismo. Además de su propuesta gastronómica, esta pizzería se destaca por su versátil ambientación, con espacios que incluyen un comedor formal, una barra de estilo art decó, mesas comunitarias y un exclusivo salón para eventos, además de las mesas sobre la vereda en Avenida Libertador, recomendadas para quienes buscan una experiencia relajada con vistas a la arboleda.
En su interior, cada detalle cuenta una historia. La barra central, rodeada por un botellero de bronce, es el corazón del lugar, desde donde salen cócteles clásicos y de autor, diseñados por los bartenders Mauro & Anita. La iluminación, liderada por una impresionante araña imperial Chandler, añade un toque de elegancia, complementada por muebles de madera lustrada, un piano de cola negro y cuadros que reinterpretan obras clásicas, como el «Arcano de Venus». Cada rincón está pensado para transportar a los comensales a un sofisticado restaurante de Nueva York.
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Respecto a la carta, Pizza Cero mantiene como base su tradición, con más de treinta variedades de pizzas a la piedra, que van desde las clásicas Fugazza y Napolitana hasta combinaciones audaces como la Toscana, con queso brie y rúcula, o la Mexicana, que incorpora pollo, guacamole y especias picantes. Su elaboración es un ritual que incluye masa artesanal, salsa casera y una mozzarella de excelente calidad.
Pero las posibilidades no terminan ahí. Las entradas, como la burrata con tomates frescos, los langostinos al panko o las croquetas de jamón crudo, invitan a compartir. Entre los principales, se pueden mencionar las carnes, como el bife de chorizo, la bondiola braseada por doce horas o el ojo de bife, así como pastas y ensaladas frescas. Para los más relajados, los sándwiches gourmet y el tapeo son imperdibles.
El volcán de chocolate, el tiramisú y el flan casero son sólo algunas de las posibilidades dulces que esperan al final de la comida. Todo esto acompañado por una oferta de vinos que incluye más de 200 etiquetas en su cava a la vista. Los cocktails de autor también brillan, con opciones estacionales que realzan productos frescos y premium, como el Mandarin passion (vodka de mandarina, jugo de arándanos, pepino y espumante) y el Crepúsculo (pisco, lima, frutillas, jugo de arándanos, jugo de naranja y albahaca fresca).
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Un dato a tener en cuenta es que el primer piso de Pizza Cero está dedicado a eventos. Se trata de un ambiente privado con capacidad para 90 personas, equipado con tecnología de punta, ideal para reuniones corporativas o celebraciones particulares. Un servicio de catering exclusivo asegura que la calidad gastronómica sea el sello de cualquier ocasión.
Ya sea para una cena íntima, un almuerzo de negocios o una noche de cocktails, Pizza Cero promete una experiencia memorable en cada visita.
Dirección: Av. del Libertador 1800, Recoleta.