Pasión por los caballos y por cabalgatas largas para llegar a conectar con el animal y con el paisaje. El sueño de cualquier jinete es poder galopar en libertad en playas kilométricas, trepar médanos, llegar ahí adonde está la mejor vista. Experimentar la armonía perfecta entre jinete y caballo, conquistando juntos el paisaje. Andy Pavlovsky se crió entre caballos árabes, carreras de endurance y el Haras San Andrés del Moro, fundado por su padre en 1976 en las cercanías de Centinela del Mar, provincia de Buenos Aires. Un haras de larga trayectoria, productor de padrillos que trascendieron en el mundo por su alta performance, resistencia y elegancia, como fue el caso de los padrillos Moro Famoso, Fugitivo, Daruk y Moro Tigre, entre otros.
Buenos suelos, excelentes pasturas e influencia marina hacen de este lugar el ideal para la cría de caballos árabes y la cruza árabes, con espacio amplio para poder entrenarse a galopar hacia el infinito. Durante los seis años de carreras de caballos árabes en Palermo y San Isidro, estos ganaron el galardón al Mejor Caballo. Moro Famoso, en particular, merece ser hoy el nombre del programa de cabalgatas por haber sido distinguido por la revista de los Estados Unidos. Finish Line como el caballo árabe más rápido del mundo por su récord de 2’ 14” en 2.000 m en el Hipódromo de San Isidro, y haber sido el primer árabe exportado a los Emiratos Árabes junto con Mora Fariad, en 1991.
Los caballos forman parte del ADN familiar. Tal es así que junto a su hija Mora, Andy fundó Cabalgatas Andora, para compartir esta pasión por los equinos y los programas que cada verano hacen entre familia y amigos: recorrer la playa y trepar los médanos disfrutando de la destreza de los caballos árabes tan bien adaptados a terrenos arenosos. Es una empresa familiar de la que también participan el resto de sus cinco hijos y su esposa Luly, quien compite en carreras de endurance. Andora es sinónimo de cabalgata con buenos caballos, logística y disfrutar de ricas comidas al aire libre.
Adaptados a la arena
Los caballos árabes tienen la fama de ser una raza muy briosa, pero también hay quienes afirman que son frágiles o de poco aguante, lo cual es completamente falso. Originarios de los grandes desiertos y acostumbrados a temperaturas extremas, estos animales están perfectamente adaptados para recorrer distancias que van desde los 40 hasta los 100 km. La arena y los médanos son su hábitat natural. Su fisionomía les permite, tras un esfuerzo prolongado, recuperar su ritmo rápidamente, lo que los convierte en los favoritos para las carreras de endurance.
En cuanto a su supuesto brío, es simplemente una interpretación errónea de su energía y disposición. Son caballos atentos, siempre alertas y que buscan un fuerte vínculo con su jinete. Es cierto que no toleran a los jinetes distraídos, pero un árabe bien entrenado es extremadamente dócil y sigue cada instrucción que recibe. Son especialmente sensibles al entusiasmo de su monta y están dispuestos a dar todo lo que su físico permite, e incluso más. Por ello, requieren de un jinete responsable que sepa medir sus fuerzas y no les exija más de lo que pueden ofrecer. Su elegancia es otra de las características distintivas. Con la cabeza en alto, mirada atenta y orejas inquietas, su andar es suave y agradable, mientras que su galope es armonioso, siempre con la cola erguida, flotando en el aire, lo que les otorga una elegancia inigualable.
Centinela del Mar es sin duda un lindo lugar para andar a caballo. Zona del arroyo Moro, que como tantos lugares tierra adentro tiene su historia –real o leyenda, vaya uno a saber–. Don Pedro Luro salvó su vida escapando de un malón gracias al aliento largo de su caballo moro, que llegando al arroyo se quebró y lo tuvo que sacrificar. Fue un poco mas allá de la desembocadura en el mar del arroyo Malacara.
Olas y restos arqueológicos
La cabalgata transcurre entre médanos y una playa que se extiende hasta el infinito. Jinete y caballo van jugando en este entorno, yendo por momentos al paso, otros al trote y también al galope. Se disfruta del vaivén de las olas y quienes estén atentos podrán ver en el horizonte alguna una ballena o un lobo de mar, además de cientos de aves playeras. Con la mirada en el suelo se ven cantidad de fósiles y, si de repente llama la atención un color azul entre la arena, puede ser que se trate de pequeños fragmentos de vajilla inglesa, provenientes de algún barco hundido en la zona, en su mayoría del siglo XIX. Material arqueológico traído por el mar que espera ser estudiado por expertos. Al ponerse la loza en un bolsillo, se borra toda información arqueológica. Información preciosa para señalar algún barco, deseando que se lo descubra para que los especialistas puedan revelar su historia.
El equipo de arqueología subacuática del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano estuvo, recientemente, trabajando en la zona, recorriendo la playa con la colaboración de pobladores locales. Pronto se publicarán los resultados de la investigación. También está previsto poner en marcha un programa de ciencia ciudadana en el cual pueda participar toda persona que lo desee para colaborar con ellos. Debe de tenerse presente que, si se encuentran artefactos antiguos, éstos no deben ser recolectados, ya que constituyen patrimonio cultural de dominio público, protegido por ley. Lo que los especialistas aconsejan es fotografiarlos en el lugar y posición en que están, idealmente junto a algo que sirva a escala para ayudar a inferir el tamaño, registrar la ubicación geográfica (puede hacerse con el GPS del celular) y tomar también fotografías del entorno general. El paso siguiente es comunicar el hallazgo a las autoridades de cultura locales o al instituto nacional de antropología: https://inapl.cultura.gob.ar/
Observar sin tocar
Es un placer ver un arqueólogo trabajar, ya que uno se da cuenta de todo lo que no sabemos ver ni mirar, y que fácilmente arruinamos por el sencillo egoísmo de querer llevarnos a casa algo que no sabemos interpretar y que morirá en el fondo de un cajón o estantería, sin poder contarnos su historia. Todo es importante: si la pieza estaba boca arriba o boca abajo, si era una o varias, quizás buscamos sólo con azul, pero puede ser blancas que confundimos con caracoles o fósiles. Densidad, entorno, nivel de mareas, tanta información que guiará a los arqueólogos a contarnos la verdadera historia de esas piezas. De ahí la importancia de disfrutar de los hallazgos, documentarlos fotográficamente y dejarlos allí para ser estudiados in situ. Por qué tanta información arqueológica: porque desde los caballos es posible que se dé esta circunstancia. No será la primera vez que algún jinete descubra restos en estas zonas.
Durante los meses de verano (1 de diciembre 2024 al 28 de febrero 2025), las salidas Fugitivo son de tres horas y evitan el horario de los fuertes calores. El punto de encuentro a las 5 de la tarde, previa reserva, es en Casa San Roque, adosada a la Capilla de Centinela del Mar. El resto del año el programa Moro Famoso propone 4 días para disfrutar a pleno del mar y de los caballos árabes. Recorrido del Haras, boxes, zona de entrenamiento, asignación de caballos y jinetes, seguido de una salida a la pista de vareo para el primer contacto con el caballo. Después, dos días de visita por campos, playas y médanos, para cubrir una distancia de costa de algo más de 40 km, con todo incluido (alojamiento y pensión completa). Cierre del viaje, imperdible pasar por la talabartería Las Tocas (Ruta 88, Km 82) que es hito en el camino desde 1882.
Información útil
Cómo llegar a Centinela del Mar: desde CABA son 410 km hasta Mar del Plata por Autovía 2 y luego 90 km más por RP 88 y camino de acceso al balneario.
Programas de cabalgatas: Fugitivo: del 1 al 24 de diciembre y del 28 de diciembre al 25 de febrero, de 17 a 20; salidas regulares: martes, jueves y sábado. Punto de encuentro: Casa San Roque, junto a la capilla en Centinela del Mar. Costo: U$S 80 (máximo 10 jinetes). Moro famoso: 4 días / 3 noches, de marzo a diciembre, salidas regulares los 2º y 4º sábados. De 2 a 12 jinetes. Costo: desde U$S 980 por jinete. Incluye traslado in/out desde Mar del Plata, 3 noches en Tinto en base doble, pensión completa, bebidas, guías, equipamiento. Edad mínima: 12 años. Más info: Tel.: +54 9 2262 35-1568, [email protected] | Instagram: