La diputada provincial de Santa Fe defendió el nombramiento de Leonardo Squarzon en la Legislatura y dijo que donará su sueldo.
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La diputada provincial asignó como asesor a su esposo y además salió al cruce con Maximiliano Pullaro.
La diputada provincial de Santa Fe, Amalia Granata, confirmó que incorporó a Leonardo Squarzon, su pareja, como asesor legislativo. Justificó la decisión por la necesidad de tener a alguien de confianza en su equipo, en medio de una interna política que, según dijo, le provocó varias deserciones.
Granata comparó su decisión con la del presidente Javier Milei, quien trabaja codo a codo con su hermana Karina: “Es como mi Karino”, dijo en declaraciones radiales. En su justificación, explicó que tras las rupturas dentro de su bloque necesitaba rodearse de personas leales.
Aun así, su explicación no evitó el debate. La diputada aseguró que el salario que reciba Squarzon será destinado a una causa benéfica: “su sueldo va a ser donado a un comedor comunitario”. Sin embargo, las críticas por nepotismo no tardaron en llegar y el tema se volvió tendencia en redes sociales.
Cruces con Pullaro y acusaciones de “ñoquis”
Granata también aprovechó para cargar contra el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. Lo acusó de tener “1.300 asesores ñoquis”, y apuntó directamente a la madre de los hijos del mandatario: “Está en planta permanente desde hace 14 años”.
El cruce forma parte de una tensión política más amplia en la provincia. La legisladora ya había expresado su malestar con la gestión del actual gobernador, a quien acusa de querer “controlar la provincia con la complicidad de diversos actores políticos”.
Mientras Granata redobla su discurso contra el oficialismo santafesino, su decisión genera interrogantes sobre los límites éticos en la función pública. En un escenario de creciente desconfianza ciudadana, la transparencia en la gestión vuelve a estar en el centro de la escena.