Roxana Silvina Rotchen (51) era «La Gringa« para los vecinos de Granadero Baigorria, una localidad al sudeste de Santa Fe. Ese apodo se lo pusieron por sus rasgos físicos y por su fuerza de trabajo. Allí vivió toda su vida hasta que tomó la decisión de mudarse a Los Reartes, una comuna en el oeste de Córdoba, cercana a Santa Rosa de Calamuchita.
Pero no se fue a vivir sola, sino que lo hizo con su pareja, Adrián Norberto Pérez (56), con quien tenía una relación de aproximadamente siete años. El vínculo entre ellos fue cambiando en el último tiempo, al punto que Roxana le planteó separarse a Pérez, pero nada hizo presagiar el trágico final.
«Arreglame las cosas o esto va a terminar mal«, amenazó Pérez a David Martínez (35), el hijo mayor de Roxana. Apenas 10 días después la mató.
El miércoles 16 de abril pasado, Pérez le mandó un mensaje de audio WhatsApp a David. Lo hizo como respuesta a las varias llamadas perdidas y mensajes que tenía por parte de David, quien minutos antes fue alertado por uno de sus hermanos de que su madre no le respondía el teléfono desde temprano.
“Vos sos un hijo de mil putas, te dije que me arregles las cosas, tu vieja ya no está más. Le volé la tapa de los sesos y ustedes son unos hijos de puta”, le dijo.
Luego, el femicida se sentó en una silla, apoyó la carabina con que la le disparó a Roxana, tomó una botella de whisky que había en la mesa y se sirvió una medida para esperar a la Policía para ser detenido.
Quién era Roxana Rotchen, “La Gringa”
“La Gringa” siempre se la rebuscó para trabajar y así poder darle de comer a sus hijos. El primero de ellos, David, nació cuando ella tenía 17 años. Luego lo siguieron Diego (33) y Denise (27).
Instalada desde siempre en Granadero Baigorria, donde era muy conocida, Roxana trabajó vendiendo zapatillas, artículos de blanco y de hogar. También, en un geriátrico. En los últimos años logró abrir varios comercios como un local polirrubro, un cotillón, una repostería y una dietética.
“Era una persona que empezó recontra de abajo, de niña prácticamente. Trabajó siempre con mucha garra, siempre cuidándome a mí y a mis hermanos, buscando el mango para nosotros, emprendiendo siempre. Era una apasionada de trabajar y generar”, dijo a Clarín David, al recordar a su madre.
Cuando se mudó a Los Reartes, a unos 65 kilómetros de Córdoba capital, no paró de trabajar. Sin abandonar la administración de sus locales, allí construyó un complejo de departamentos que alquilaba. Era su proyecto personal a pesar de que ya estaba en pareja con Pérez.
La decisión de mudarse la tomó luego de que sufrió un importante robo en su casa de Granadero Baigorria. “Se mudó en busca de más tranquilidad”, expresó David.
La relación con su Pérez, su femicida
Roxana y Adrián se conocieron en Granadero Baigorria. Ambos eran comerciantes. Él tenía una veterinaria que era visitada por Roxana cada vez que encontraba un perrito en la calle y lo llevaba para revisarlo.
Pérez también era cliente de los negocios de Roxana, por lo que la relación fue creciendo hasta que formaron pareja, aproximadamente hace siete años.
Los primeros tiempos fueron buenos. Él es padre de cuatro hijos. Uno de ellos es el ex futbolista de Newell’s Jeremías Pérez Tica (22), hoy en Cerro Largo de Uruguay. La mujer además de sus tres hijos tenía un nieta y otro en camino.
“Los primeros años estuvieron bien como pareja, luego la relación fue cada vez peor y terminó en este desenlace. En el último tiempo, mi mamá me decía que era muy celoso, que le hacía comentarios machistas, de su cuerpo, como denigrándola”, recordó David, quien agregó que fue su madre quien le planteó separarse a Pérez.
Un punto importante de discusión en la pareja fue la devolución de un dinero que invirtieron en un negocio que no funcionó. Pérez le reclamaba, además, el pago de unos arreglos que había hecho en el condominio que Roxana construyó en Los Reartes.
“Él me pedía que hablara con mi mamá. Fue el 9 de abril. Me dijo que quería tanta plata”, recordó. “Arreglamos las cosas o esto va a terminar mal”, amenazó Pérez, presagiando el femicidio.
El desenlace mortal
Cerca de las 13.30 del miércoles, David recibió un mensaje de su hermano Diego, quien trabajaba con su madre en la administración de los locales. Le dijo que no podía comunicarse desde temprano, como todas las mañanas. “Pájaro es urgente, la estoy llamando a la vieja y no me contesta”, lo alertó.
Fue entonces que David comenzó a llamar y a enviarle mensajes a Pérez, quien luego de un buen rato le respondió: “Vos sos un hijo de mil putas, te dije que me arregles las cosas, tu vieja ya no está más. Le volé la tapa de los sesos y son unos hijos de puta”.
Con la impotencia del hijo que se enteraba de una manera cruel de la muerte de su madre, David lo insultó a Pérez y lo trató de cobarde. Según dijo, intentó suicidarse bebiendo whisky, pero al femicida “no le dio los huevos”. Había dejado una carta, le confirmó la fiscalía a David.
Pérez fue detenido por la Policía. Lo encontraron sentado en una reposera con un vaso de whisky en la mano. No se resistió cuando los agentes llegaron al patio de la vivienda. Junto a él, estaba la carabina que presuntamente utilizó para cometer el femicidio.
A pocos metros, en la caja de una camioneta, estaba el cuerpo sin vida de la mujer.
Pérez quedó imputado por «homicidio calificado« por la fiscal Paula Bruera, quien lo indagará este jueves mientras intenta determinar los agravantes y si tenía antecedentes de violencia de género, tanto con su última pareja como con las anteriores.
El recuerdo de Roxana
David dijo a Clarín que le “dolió mucho” lo que pasó con su madre y que en ese mensaje que le envió Pérez le mencionó que Roxana “lo vivía” económicamente, “cuando es imposible porque estaba muy bien y él no tenía ingresos”.
“Estoy tratando de ser fuerte. Ni la perpetua me va a devolver a mi vieja. Siento impotencia y tristeza. Quiero dejar limpia la memoria de mi mamá y que sea ejemplo para las personas que tengan una situación similar, que actúen, que separen la víctima del victimario”, reflexionó.
EMJ