El camino al éxito se entrena: Thiago Falco, la joven promesa de la natación cordobesa

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En las mañanas, suena el despertador antes de que salga el sol, y Thiago Falco ya está camino al club para zambullirse en el agua. Con apenas 13 años (11/06/2011), este adolescente combina el esfuerzo de un deportista de alto rendimiento con el compromiso de un estudiante ejemplar. En la piscina, su destreza lo ha llevado a romper récords nacionales, pero en las aulas también sobresale, con calificaciones que reflejan gran dedicación.

Thiago es la joven promesa cordobesa de la natación nacional. Así lo demostró la semana pasada en Lima, donde se destacó en el Campeonato Nacional de Perú, con la Selección argentina de natación, obteniendo siete medallas y un récord nacional de la categoría. Pero no se detiene, va por más: el martes está viajando a Buenos Aires, para participar del fin de semana próximo del Nacional que se celebrará en el Parque Roca.

El pibe, que viaja todos los días desde Río Ceballos a Córdoba para estudiar y entrenar, mide 170 centímetros, tiene una sonrisa tatuada en su rostro, mientras se propone seguir conquistando logros. “Comencé en el agua desde que tenía once meses de vida”, inicia la charla de Thiago con PERFIL CÓRDOBA en el bar del club Universitario, donde entrena todos los días. Está con el pelo mojado, recién sale de la pileta: se le nota, además, en las marcas de las antiparras en su adolescente rostro. Y, mientras come un mix de cereales, sigue narrando: “Empecé en Bucor, con mi madre –Norma- hacíamos clases de agua, en la pileta. Mi mamá no sabía nadar y le tenía miedo al agua. Entonces para no transmitirme ese miedo, me llevó de bebé a la pileta, y bueno, acá estoy”.

Desde entonces anda en el agua. Porque ya a medida que fue creciendo siguió en natación y a los diez años comenzó a competir. Su primera competencia fue en Arroyito. “Había corrido 25 metros crol, y 25 metros espalda. En crol no me fue tan bien, pero en espalda salí primero”, recuerda. Y eso fue otro punto de inflexión en su corta vida. Porque él y quienes lo rodean notaron que sobresalía en la disciplina espalda.

– ¿Por qué espalda?
– Noté que tenía más condiciones. Gané en esa primera competencia en Arroyito. Y después es un estilo que me siento muy cómodo a la hora de hacerlo. Los movimientos que requiere los aplico bien y es como que ya lo tenía de antes.

FELICIDAD EN PERÚ. El pibe recibió apoyo para viajar del club Universitario, de la Municipalidad de Río Ceballos y de algunos familiares. Busca apoyo para continuar solventando los gastos.

Después de participar en torneo Provinciales, le llegó la oportunidad de ir a un Nacional. Y ganó. Fue una sorpresa para él. “Nosotros no pensábamos que en primera participación iba a quedar primero. Pensaba que capaz octavo puesto. Cuando vimos que tenía ese potencial, nos dijimos que podía luchar por podio, y salí campeó nacional en espalda”, dijo tímidamente.

Su especialidad es 100 espalda y 200 espalda. En el reciente certamen en Perú, donde logró siete medallas y un récord nacional de categoría; hizo Oro en 100m y 200m espalda; Oro en 200m libre y 200m combinados; Plata en 400m libre; y Oro y Plata en relevos (varones y mixto). Admirador de José Meolans y del italiano Thomas Ceccon (campeón olímpico 2024 en los 100m espalda). “Admiro a Meolans por lo que significa, es cordobés y llegó a un punto al cual me gustaría estar”, expresó.

– ¿Qué te genera lograr un récord?
– Es muy loco. Siempre me fijo y estoy al tanto de los récords. Antes de ir a competir, en la zona de precompetencia, estábamos hablando con los compañeros y preguntamos de cuánto era el récord, y era de 2 minutos, 02 segundos. Sacamos la cuenta y dijimos, bueno, podemos hacer el récord. Fuimos con esa mentalidad. Y cuando después de nadar vi el marcador que decía 1,58, fue hermoso, una locura.

EN LA PILETA. Al principio comenzó a entrenar en la Agencia Córdoba Deportes, y después pasó por un complejo en Río Ceballos. Actualmente compite en Universitario.

Thiago es muy disciplinado. Entiende que la única forma de triunfar es con esfuerzo y disciplina. Se repite como un mantra que las medallas se conquistan en los entrenamientos y se van a buscar en los torneos. Entrena mañana y tarde. Federico Rossi es su entrenador. “Es un deporte individual dentro del agua, pero afuera del agua tenés un equipo, la familia, el entrenador, nutricionista, hasta los mismos compañeros te ayudan. Hay gente que ayuda en el día a día”, explicó. A propósito, en la charla, acompaña su papá Adrián, que se dedica a reparar máquinas de control numérico; y se lo ve orgulloso por los logros de su hijo.

Lleva un promedio de entrenamiento de 20 horas semanales en la pileta. “Sí, me levanto temprano: cinco de la mañana, a veces a las cuatro y media. Entreno doble turno, uno a la mañana y otro a la tarde. También hago gimnasio lunes, miércoles y viernes. Creo que el sacrificio es muy importante, porque a veces las carreras se definen por una centésima, entonces capaz por ese jueves que fuiste a nadar y estabas cansado terminaste ganando la carrera”, contó.

El agua es su refugio y su motor, el lugar donde los sueños toman forma entre brazadas y esfuerzo. Cada brazada es un paso más hacia esas ilusiones que lo impulsan a ser mejor, a llegar más lejos. En el silencio del agua, encuentra la fuerza para creer en un futuro lleno de logros, tanto dentro como fuera de la piscina. “Me gusta mucho la sensación del agua. La forma de nadar. La misma competitividad del deporte. Es un deporte individual y todo eso”, resalta.

EN LA FELIZ. Con la Selección cordobesa juegos Evita 2024.

– ¿Cuáles son tus sueños en este deporte?
– No sé, todavía me queda mucho. Me gustaría llegar a un Juego Olímpico y hacer un podio. Y mis sueños a mediado o corto plazo es ir a un Sudamericano o Panamericano y participar de torneo internacionales.

Los sueños no terminan con una meta alcanzada; son el motor que impulsa a seguir creciendo y buscando nuevos horizontes. Así lo entiende Thiago Falco, que la semana pasada dejó la bandera argentina bien en alto en tierras peruanas, mientras anhela por nuevos desafíos. Un pibe de 13 años que brazada a brazada da muestra de una gran pasión y ganas de progresar.

COMPETENCIA. Con el gorro de la ‘U’, pero en otra especialidad, siempre la misma pasión.

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